El Mante, Tamaulipas, México / Febrero 20 de 2025 / Jesús Avila Murillo / Allá por los años 40’s y todavía a principios de los 50’s, en lo que fuera el perímetro territorial de la colonia «Primero de Mayo», delimitado al norte por la calle Xicoténcatl, al sur por la calle Río Mante, al poniente por la calle Pablo L. Sidar (hoy bulevar Manuel Cavazos Lerma) y al oriente por la prolongación de la calle Libertad, existió una hectárea de terreno baldío perteneciente al municipio, predio delimitado al norte por la calle Tula, al sur por la calle Altamira, al poniente por la calle Hidalgo y al oriente por la calle Ocampo.
El referido predio, en aquellas épocas servía para jugar béisbol, también para la instalación de Circos, de Carpas para Tandas, para juegos mecánicos y para diversión de la chiquillada de entonces, pomposamente se le llamaba «Plaza Primero de Mayo».
En el primer lustro de los años 50’s, la Sociedad Cooperativa de Ejidatarios y Obreros del Ingenio del Mante, con recursos económicos propios, transformó ese predio baldío y abandonado, en lo que hoy se conoce como «Placita Aarón Sáenz».
En torno a este espacio propiedad del municipio, hay mucha historia por contar, por lo que solo se hará referencia a la última remodelación que se aplicó a la Plaza Aarón Sáenz Garza.
Fue en el trienio de gobierno municipal 2008-2010, cuando con millonaria inversión económica tripartita; Federación, Estado y Municipio, se transformó totalmente la infraestructura de la Plaza Aarón Sáenz, se destruyó el antiguo y emblemático Kiosco, se modificaron sus andadores, se instaló un área de juegos infantiles y otra con equipos metálicos para ejercicios aeróbicos, se cambiaron jardineras y bancas de descanso, se crearon nuevos jardines, así como el sistema de iluminación, también se construyó un mi escenario público.
Si lo pretendido con esa obra de remodelación de la Plaza Aarón Sáenz, era, o fue, proporcionar un digno espacio recreativo para las familias mantenses, simplemente al paso del tiempo, esa pretensión fue aniquilada, la tolerancia, falta de visión, ausencia de principios y valemadrismo oficial, estímuló, propició y continúa solapando la invasión total de ese importante centro recreativo familiar, por todo género de comerciantes informales, que con el pago de ridícula cuota económica diaria al municipio, se han apropiado de los espacios destinados a jardines, de andadores y del área exterior perimetral.
Frente a esta cruda realidad, resulta un insulto para la ciudadanía, gastar dinero del pueblo en obras que acabarán en manos ajenas, que al final son las únicas beneficiadas, pensar en que en algún momento ese espacio se rescatará para quedar al servicio del pueblo, es una quimera.
De la presuntuosa Plaza Aarón Sáenz Garza, se ha pasado a un espacio deprimente.












Debe estar conectado para enviar un comentario.